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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Los recuerdos de mi infancia

Cuando tenía tres años, empecé a asistir al colegio San Fernando, en Santa Úrsula. Mi maestra se llamaba Analía. La clase era pequeña, estaba bien decorada, tenía una casita y también un baño dentro del aula. Mis mejores amigos eran Ariadna, Saúl, Josué y Flavia. En el patio había cubos, palas y bicicletas. Pero lo más que me gustó, fue cuando fuimos de excursión a los bomberos. De todos esos años, tengo unos recuerdos muy especiales, que son: un CD, muchas fotos y un atrapasueños con mi foto. Me siento orgulloso de estar en mi colegio. Somos un gran equipo. ¡y unidos nadie nos podrá vencer!

Los muñecos vivientes

Érase una vez un niño al que le encantaban los muñecos. De hecho, tenía un baúl lleno de ellos. Lo que él no sabía es que por la noche sus peluches cobraban vida y salían de su baúl. Si, como lo oyes, aquellos peluches tenían la extraña habilidad de cobrar vida de noche, lo cual, le daba mucho más "mal rollito".  Puede que pienses que los muñecos iban a matar a la gente, como en las películas, pero no era así. Lo que realmente hacían era las tareas del niño. Todas las mañanas, el niño, como de costumbre, sin saber porque, veía su tarea hecha pero no se lo decía a nadie, ya que si lo descubrían, intentarían,  por la razón que fuese, quitarle este beneficio. Puedes pensar que el niño no aprendía pero no era así. Él era muy inteligente y muy estudioso, solo que tenía una ayuda extra. Así fue como, sin saberlo, el niño nunca tuvo que hacer su tarea.

Mi historia en un aeropuerto

En primer lugar, me gustaría aclarar que los aeropuertos son la cosa más aburrida de mundo. Les voy a decir algunas de las razones por las que lo pienso: no hay conexión a internet, o si la hay es tan mala que no se puede ver ningún vídeo o capítulo si antes no lo hemos descargado, lo cuál nos lleva al entretenimiento con los juegos. Lo malo es que si vuestro juego favorito utiliza conexión, y no tenéis, pues tenéis que recurrir a los peores juegos, los que no utilizan conexión. Aunque vuestros juegos sin conexión sean lo mejor, a los 20 minutos os aburrís y cambiáis de juego. Así hasta acabar con todos.  Lo malo viene cuando no tenéis móvil o tableta con la que jugar en un aeropuerto. Es imposible divertirse con tu entorno. Lo malo es que si te llevas un juguete o un puzzle o un cubo de rubik te terminas estresando. Bueno, ya paro de daros razones que os recuerdan a vuestras experiencias y pasemos a la mía. Este era el aeropuerto en el que fui Yo estaba mu...

La sombra controladora

Todos sabemos que es imposible librarnos de nuestra sombra, a no ser que apaguemos la luz. Absolutamente, todo lo que hagamos, nuestra sombra lo va a imitar o...eso creemos. Mario era un niño normal, tenía un vida normal y lo que hacia no era nada del otro mundo. Era lunes y le tocaba colegio. Acababa de salir el sol y la figura de su casa se proyectó en el jardín. Los pájaros piaban y los gallos cantaban anunciando la llegada de la mañana. Mario se levantó y bajó a desayunar. Cuando terminó se disponía a ir al colegio. Salió de su casa y, cómo de costumbre, el sol creó una larga sombra detrás de él. Mario se metió en el coche de su padre y se fue al colegió. Cuando llegó, el maestro llamó a toda la clase para que entraran e hicieran la tarea. Una vez terminadas las tres asignaturas principales sonó el timbre del recreo y todos salieron disparados al patio. Cuando Mario estaba jugando al escondite, intentó pillar a uno de sus amigos, pero, de repente, como por arte de mag...

Solo un sueño

Si te dijera que ya he terminado la máquina del tiempo de mis sueños, ¿cómo te quedarías?. Pues si, has oído bien, ya está terminada y con ella podrás viajar al futuro, al pasado y al presente, aunque no creo que quieras viajar al presente. Le he hecho unos pequeños ajustes y ahora no te podrás encontrar con tu YO del pasado o del futuro ya que podría ocurrir una catástrofe.  Pero, como ya te conté, es la máquina de mis sueños y no está en la vida real.  fkjsdfhsdjkgdbjfkgbdf perdón, me quede dormido sobre el teclado.

Cuando estás malo

Seguro que alguna vez haz estado malo. De hecho, es prácticamente imposible que no lo hayas estado alguna vez en tu vida.  En primer lugar, me gustaría decir que a todos nos gustaría estar malo en un día de colegio para así no tener que ir... Y lo sabes Pero también hay que decir no todos son ventajas: Si  te quedas en tu casa no tienes que hacer tarea, tus padres te tratan mejor, etc,  Pero también hay que decir que no todo es bueno, depende de cómo te encuentres.  Si, por ejemplo, te duele un montón la pierna y te la van a operar, no pensarás que será mejor estar malo. Sin embargo, sólo estás constipado entonces, no te quejaras tanto. Pero, en resumen, a veces aunque prefieras estar malo no es siempre la mejor opción.  

El pizzero

Había una vez un niño al que le encantaba las pizzas. Tanto era así, que todos lo viernes para cenar se comía una. Además, siempre buscaba nuevas maneras de elaborar pizzas para luego comérselas.  El niño ya tenía mucha práctica y era todo un profesional. E ra de esperar que quisiera ser pizzero y tener su propio restaurante. Pero no. Decidió ser ingeniero aeronáutico.

Los robots

Había una vez un niño al que le encantaba construir robots. De hecho, tenía una estantería llena de ellos, Pero, un mal día, comenzó a sentirse mal y su malvado padre, ignorando que era cierto, le dice que está fingiendo y es sólo una excusa para no construir el robot que tenía pendiente. El niño se sintió indignado, ya que su padre sabía perfectamente que le encantaba armar robots y que jamás fingiría estar malo para librarse de esta agradable tarea.  Entonces, el niño, sin hacer caso a las burlas de su padre, se tomó una menta poleo y se fue a dormir. Gracias a la  decisión de no hacer caso a su padre , el niño siguió con sus ilusiones y se convirtió en el famoso hombre que inventó "la inteligencia artificial".  Actualmente, tiene su propia empresa de robótica y, finalmente, su padre se tuvo que tragar sus palabras.

Araña en el váter

Un día, como otro cualquiera, estaba viendo la televisión y, de repente, me entran unas ganas inmensas de ir al baño. Me levanté y me fui al cuarto de baño. Una vez allí, cerré la puerta y cuando me dí la vuelta vi que en la tapa abierta del váter había algo peludo y muy grande. Me fijé con detalle y me di cuenta de que era la cosa a la que más miedo le tenía en la vida: una araña.  Acto seguido, salí del baño y cerré la puerta. Me puse a idear diferentes planes para quitarla: echarle insecticida, aguantarme las ganas hasta morir (lo cual era imposible), tapar el váter y tirar de la cisterna...  Al final, me decidí por lo de la cisterna, pero cuando lo iba a hacer, sentí pena por la araña y pensé que no era justo matar a la araña, sólo por que yo le tenía miedo. Lo que se me ocurrió después fue una idea mejor y no afectó a mi conciencia. Le pedí a mi hermano que cogiera un papel y pusiera a la araña encima para después tirarla al jardín. Mi idea fue un éxito y pud...